El gobierno porteño enrejó la plaza a pesar de que está protegida como patrimonio histórico y solo se le pueden hacer trabajos de mantenimiento y conservación.
El juez Osvaldo O. Otheguy, del Juzgado de Primera Instancia en lo Contencioso Administrativo y Tributario de la Ciudad N° 8, dictó sentencia de fondo declarando que la instalación de la reja de la Plaza de Mayo fue ilegal por haberse realizado sin respetar el Código de Planeamiento Urbano.
A fines de mayo, sorpresivamente, el gobierno de la Ciudad comenzó a instalar rejas de gran altura en un sector de la Plaza de Mayo. La Plaza histórica está protegida por normativas específicas del Código de Planeamiento Urbano que establecen que en el espacio de la Plaza de Mayo sólo se permitirán trabajos de conservación y mantenimiento de los elementos preexistentes. Toda modificación deberá contar con visado previo del Consejo y aprobado por Ley (Art. 4.1.2.1.1.) .
La Legislatura no aprobó ningún proyecto de modificación de la Plaza de Mayo ni mucho menos la instalación de rejas que no puede ser considerado como un trabajo de conservación ni de mantenimiento.
El Observatorio del Derecho a la Ciudad y el Observatorio de Patrimonio y Políticas Públicas presentaron un recurso ante la Justicia en el que describían: “La intervención ha modificado el ancho de veredas, ha nivelado el solado de Balcarce con la explanada de la casa Rosada, ha eliminado los cordones de granito reemplazándolos por cemento, ha cambiado los pisos colocando mosaico granítico no permitido. Han plantado una nueva hilera de árboles, arbustos y plantas ornamentales, mientras han desparecido piezas históricas, han colocado iluminación embutida en el piso, han sustituido el equipamiento existente por otros de diseño contemporáneo, han cambiado el mástil y removido las baldosas donde estaban impresos los pañuelos blancos que mostraban el lugar por donde, en forma incansable, las Madres han efectuado sus rondas semanales. O sea, una intervención que, desde distintos puntos de vista irrespeta la norma y desconoce el estado del arte del patrimonio”.
La patrimonialista Mónica Capano subraya: “La Plaza de Mayo ha sido el ámbito del ritual patriótico y de puebladas y asambleas de vecinos que, después de Pavón, se convirtieron en manifestaciones públicas de protesta.
“Es justamente esta fuerte carga simbólica de interpelación la que repele cualquier intento de utilizar dispositivos de control o disciplinantes como resultan ser las rejas.”
