Más de 100 trabajadores fueron suspendidos en una de las obras más emblemáticas de la gestión de Mauricio Macri: el soterramiento del Ferrocarril Sarmiento. Si bien el Gobierno Nacional aseguró que la obra no quedó paralizada, se suspendieron todas las actividades de excavación. El túnel llegó hasta Villa Luro.
El costo total para el soterramiento del Sarmiento es, según el Presupuesto Nacional, de 3.000 millones de dólares. La devaluación y, sobre todo, el ajuste que diseñó el gobierno nacional -junto al FMI- para los fondos de obras públicas provocaron la suspensión de la excavación del túnel. Hasta ahora, sólo 7 de los 18 kilómetros fueron soterrados y la tuneladora se quedó a seis metros del obrador de Villa Luro.
También se frenó la fabricación de anillos de cemento para el túnel y 60 trabajadores de la fábrica de dovelas recibieron el lunes telegramas de despido. Además, según adelantó el diario Clarín, suspendieron varios contratos con proveedores del Consorcio Ghella y Sacde, a cargo de los camiones que transportaban el barro que quitaban del túnel y la provisión de insumos para la obra.
Desde el Ministerio de Transporte aseguran que los problemas con los trabajadores es “responsabilidad” de la empresa y comentan que, en estos meses, habrá “trabajos subterráneos”, como la construcción de estaciones de pasajeros y la “ventilación del túnel construido”.
El gremio de la construcción, por su parte, expresó su preocupación por la paralización de la obra y advirtieron que fue desmontada la hormigonera del obrador de Haedo. “Los camiones se llevaron piedras, arena y cemento. Además, levantaron los containers”, aseguraron desde la UOCRA.
La obra del soterramiento del Ferrocarril Sarmiento es ejecutada por el Consorcio G&S formado por dos empresas: Ghella, de origen italiano y poseedora del 71% del contrato, y Sacde (ex Iecsa), de capital argentino, que tiene el 29% y que el empresario Marcelo Mindlin le compró a Angelo Calcaterra, primo del presidente Mauricio Macri.