La Plaza de Mayo fue escenario central del multitudinario acto en conmemoración del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, que congregó a organizaciones defensoras de derechos humanos, políticas y sociales, en tanto en todo el país se realizaron actos similares.
En el escenario montado en la pirámide de Plaza de Mayo, mirando hacia la avenida de Mayo, se leyeron los documentos de los grupos convocantes, uno de ellos el de Abuelas de Plaza de Mayo y las Madres de la Línea Fundadora, Hijos, APDH, CELS y otros organismos de derechos humanos.
Con fuertes críticas a las políticas de DDHH del Gobierno, decenas de miles de personas se movilizaron a Plaza de Mayo para conmemorar los 43 años del golpe de estado que derrocó a María Estela Martínez de Perón, y en memoria de los 30 mil desaparecidos.
La movilización principal estuvo organizada por las agrupaciones históricas: Abuelas de Plaza de Mayo, Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora; HIJOS y otros organismos históricos, que compartieron columnas con diversas vertientes del peronismo y de la izquierda popular. Como cada año, las columnas ingresaron por Avenida de Mayo, cargando la bandera con los rostros de todos los desaparecidos, que fue escoltada por Madres y Abuelas de Plaza de Mayo.
El acto tuvo la particularidad de que concentraron la atención el ex funcionario kirchnerista Carlos Zannini y el dirigente Luis D’Elía, quienes recuperaron su libertad el domingo temprano en la cárcel de Ezeiza, y marcharon a Plaza de Mayo desde la sede de la Ex ESMA, con la columna de Unidad Ciudadana que lidera la ex presidenta Cristina Kirchner y lo hicieron junto a su hijo Máximo.
“En este 24 de marzo, el llamado a la unidad resulta necesario por el reclamo de la libertad de los presos políticos, para denunciar los retrocesos en las políticas de Estado de Memoria, Verdad y Justicia, la lentitud en los procesos judiciales y la pretensión del gobierno del otorgamiento indiscriminado de las domiciliarias a los genocidas”, expresaron en un comunicado 13 organizaciones de derechos humanos.
Las Abuelas y Madres subieron al escenario a eso de las 16.30, muchas de ellas en sillas de rueda ya que superan los 90 años. “Como familiares y sobrevivientes, seguimos gritando muy fuerte: ¡Son treinta mil!”, arrancó la lectura del documentoLlevaba el pañuelo blanco en la cabeza y uno verde anudado a la muñeca. Cuando mencionó por primera vez al gobierno de Macri, llovieron los silbidos de la multitud.
“También siguen faltando alrededor de 300 hombres y mujeres que están entre
nosotros: son trabajadores, padres, madres, compañeros de oficina, de oficio;
vecinos, maestros y profesores de nuestros hijos e hijas; empleados,
profesionales, están entre nosotros, como sus familias, que los buscamos desde
hace más de cuatro décadas”, recordó la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo,
Estela Carlotto. “En 2018 sólo logramos resolver un caso. Los discursos que
impulsan el olvido y justifican los delitos de lesa humanidad, no generan un
clima propicio para quienes aún tiene pendiente indagar sobre su identidad”,
alertó.
“No queremos despedir a más Abuelas sin que hayan podido encontrar a su nieto o
nieta, a quien buscaron por décadas, pero tampoco queremos que la apropiación
se siga traspasando de generación en generación”, advirtió Carlotto. “Es
importante que el futuro nunca pierda de vista el pasado”, concluyó.
“Hace 15 años, aquel
24 de marzo de 2004, vivimos un día histórico: en la ESMA, el presidente Néstor
Kirchner pidió perdón en nombre del Estado por el silencio y la impunidad. Las
luchas del pueblo por Memoria, Verdad y Justicia se volvieron políticas de
Estado”, recordó una militante de H.I.J.O.S. “Ese mismo día, bajó el cuadro del
genocida Videla del Colegio Militar. Fue inolvidable. Porque veníamos de
décadas de impunidad. La continuidad de esas políticas con Cristina Fernández
de Kirchner permitieron que con la fuerza del pueblo los genocidas estén en el
lugar en el que Rodolfo Walsh dijo que deben estar: el tacho de basura de la
historia”, indicó.
Con una búsqueda de contrastes, el documento de los organismos de derechos
humanos relevó los retrocesos de los últimos años y responsabilizó también a la
Corte Suprema. “En diciembre pasado, este pueblo consiguió que la Corte Suprema
revirtiera el fallo del 2×1”, celebró, pero luego advirtió que la Corte
desactivó la Comisión Interpoderes, que tienen decenas de sentencias pendientes
que no terminan de quedar firmes, como el de la Masacre de Trelew. También
indicaron que hace seis años que las condenas no están firmes en la megacausa
de Campo de Mayo.
En el documento, también recordaron las desapariciones de Jorge Julio López, Santiago Maldonado y el asesinato de Rafael Nahuel, pidieron el fin de los presos políticos y señalaron al secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, como el responsable del desfinanciamiento de los sitios de memoria y de otros programas.
Alrededor de las 17 entraron a la Plaza las columnas del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia–integrado por la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos, partidos de izquierda y otras entidades estudiantiles, de mujeres y sociales. Leyeron su propio documento bajo la consigna “Abajo el ajuste y la represión de Macri y los gobernadores”