La esperanza de vida de un argentino en 2016 era de 76,9 años, casi cinco años más que los 72 que es la media mundial, según un informe presentado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) con las estadísticas sanitarias de todo el planeta.
Si esta diferenciación se realiza por sexo, se estima que una mujer argentina vivirá 80,3 años, casi seis años más que la media mundial, y un varón 73,5, casi cuatro años más que el promedio.
Este relevamiento también pone en evidencia que la cantidad de años vividos con salud, lo que se denomina la esperanza de vida saludable (HALE, en inglés) en Argentina es de 68,4 años, cinco más que los 63,3 que corresponden al promedio mundial.
A nivel global la esperanza de vida saludable es mayor en mujeres que en hombres al nacer (64,8 versus 62 años), estadística cuya tendencia se mantiene en Argentina, donde la HALE es de 70,7 años para mujeres y de 65,9 para varones.

Una argentina vivirá 80,3 años, casi seis años más que la media mundial, y un varón 73,5, casi cuatro años más que el promedio.
Resto del mundo
La esperanza de vida al nacer en los
países de bajos ingresos (62,7 años) es 18,1 años menor que en los países de
altos ingresos (80,8 años), según un informe publicado hoy por la Organización Mundial de la Salud
(OMS), que estableció además que en promedio un niño que nazca este año vivirá
hasta los 69,8 años y una niña hasta los 74,2.
Las estadísticas sanitarias mundiales (World Health Statistics 2019) publicadas
hoy realiza un desglose por primera vez por sexo que, sumado a la
diferenciación por edad y grupo de ingresos, “es vital para comprender
quién se está quedando atrás y por qué”, expresó Tedros Adhanom
Ghebreyesus, Director General de la OMS en un comunicado.
En líneas generales, el informe destaca que “entre 2000 y 2016, la esperanza de vida global al nacer aumentó en 5,5
años, de 66,5 a 72 años” en tanto “la esperanza de vida saludable
al nacer (la cantidad de años que se puede esperar para vivir en plena salud)
aumentó de 58.5 años en 2000 a 63.3 años en 2016”.
Utilizando modelos de proyección, la OMS estableció que una niña que nazca este
año vivirá en promedio 74,2 años mientras que un niño vivirá 69,8.
“La esperanza de vida reducida de
los hombres en comparación con la de las mujeres se debe a las mayores tasas de
mortalidad por múltiples causas, especialmente las enfermedades
cardiovasculares, lesiones viales, cáncer de pulmón, enfermedad pulmonar
obstructiva crónica y accidente cerebrovascular“, concluye el
documento.
En concreto, de las 40 causas principales de muerte, 33 causas contribuyen más
a reducir la esperanza de vida en hombres que en mujeres: en 2016, la
probabilidad de que una persona de 30 años muera a causa de una enfermedad no
transmisible antes de los 70 años de edad es un 44 por ciento más alta en
hombres que en mujeres.
Otras variables como las tasas globales
de mortalidad por suicidio fueron 75 por ciento más altas en hombres que en
mujeres en 2016; las tasas de mortalidad por lesiones en la carretera son
más del doble en hombres que en mujeres a partir de los 15 años, y las tasas de mortalidad por homicidio son 4
veces más altas en hombres que en mujeres.
Sin embargo, el informe demuestra que “la brecha entre la esperanza de
vida de hombres y mujeres es más estrecha donde las mujeres no tienen acceso a
servicios de salud”.
Así, en los países de bajos ingresos,
donde los servicios son más escasos, 1 de cada 41 mujeres muere por causa
materna, en comparación con 1 de cada 3.300 en los países de altos ingresos;
en tanto en más del 90 por ciento de los países de bajos ingresos, hay menos de
4 personal de enfermería y partería por cada 1.000 personas.
Más allá de la cuestión de género, el documento asegura que “la esperanza
de vida sigue siendo fuertemente afectada por los ingresos”: “en los países de bajos ingresos, la
esperanza de vida es 18.1 años menor que en los países de altos ingresos. Un
niño de cada 14 nacidos en un país de bajos ingresos morirá antes de cumplir
cinco años”.
.