La pobreza infantil trepó del 44 al 51,7% en dos años. Tres de cada diez niños y adolescentes vive en hogares que redujeron su dieta o directamente pasan hambre.
Son alrededor de 3.400.000 chicos
pobres, la cifra más elevada en la última década. Esto significa que el número de
chicos “con problemas en el acceso a la alimentación” creció un 35% entre 2017
y 2018 (unos 3.4 millones). Los datos surgen de un informe de la Universidad
Católica Argentina (UCA).
El informe “Infancias. Progresos y retrocesos en clave de
desigualdad”, elaborado por el Observatorio de la Deuda Social, reveló
además que la pobreza infantil trepó del
44 al 51,7% en ese período.
Por otro lado, descendió un 20% el número de niños en viviendas con problemas de saneamiento sin agua corriente o cloacas. Aunque el número es escalofriante: 4 de cada 10 viven en condiciones sanitarias lamentables.

“El
riesgo alimentario se incrementó de modo significativo en los niños: esto
quiere decir que viven en hogares que tuvieron que bajar sus consumos
alimentarios por problemas económicos”, aseguró Ianina Tuñón,
investigadora de la UCA y responsable del informe.
“En general en esos hogares los
primeros que dejan de acceder a esos alimentos son los adultos: las mujeres
primero, los hombres después para finalmente ser los niños“, agregó.
En el apartado de “Derecho a la alimentación”, el relevamiento
muestra que en el último año también experimentó un salto la “inseguridad
alimentaria extrema”, es decir, el porcentaje de niños que “expresa
haber experimentado ‘hambre’ en los últimos 12 meses”, que pasó del 9,6%
al 13%, también el nivel más alto de la serie de ocho años, que equivale a 1,5
millones de chicos.
En el mismo período, la inseguridad
alimentaria total (reducción de dieta o hambre por motivos económicos) pasó
del 21,7 al 29,3%, y este incremento de
7,6 puntos puntos porcentuales representan casi 900 mil niños y adolescentes.
“Y esto a pesar de que hay un mayor nivel de cobertura alimentaria
gratuita a través de comedores escolares o comunitarios y de que aumentaron las
asignaciones familiares en cantidad y en valor. Es decir que el Estado está
haciendo cosas, pero la magnitud de esas políticas no es suficiente para paliar
el impacto que está teniendo la pobreza en hogares con niños”, agregó
Tuñón.
Es que durante esos doce meses el número de chicos que reciben algún tipo de
alimentación gratuita en comedores o escuelas pasó del 33,8 % al 34,9 % (4
millones de chicos), pero registra un aumento acumulado de 8,8 puntos
porcentuales desde 2010, cuando era de
sólo el 26 % (3 millones de niños y adolescentes).
Por otro lado, la pobreza infantil por ingresos aumentó 11,2% en el último
período interanual, alcanzando “la cifra más elevada de la década”,
pero la indigencia “se mantuvo estable” en torno al 10%.
La investigación demuestra también que
en el último año aumentó un 11% el número de niños y adolescentes que dependen
de los hospitales públicos porque no tienen obra social, mutual o prepaga, que
fue del 55.3% en 2018, pero era del 44.4% en el 2011.
“Esto implica que la mitad de los
niños pertenecen a hogares en los que sus adultos de referencia tienen una
integración al mercado de trabajo -cuando la tienen- informal y precarizada“,
dice el informe.
No obstante, en el último año aumentó el número de niños y adolescentes que
consultaron a un médico o a un odontólogo al menos una vez en los últimos 12
años y la performance de este indicador fue la mejor de los últimos 7 años (80%
y 56% respectivamente) .
“Cabe conjeturar que ello ocurrió en el marco de mayores controles de la
contraprestación de la AUH”, explica.
En cuanto a la calidad del hábitat, el
porcentaje de niños y adolescentes viviendo en zonas contaminadas se redujo del
51,6 al 49,9%; y la proporción de chicos en hogares sin servicio de
saneamiento fue el más bajo de toda la década: cuatro de cada 10.
En los últimos 10 años también “tuvo una evolución muy positiva” la
cantidad de niños escolarizados en el nivel inicial -el déficit disminuyó un
22,8-, y la proporción de adolescentes que no asisten a la secundaria o se
encuentran por lo menos dos años por debajo del que le corresponde por edad se
redujo en un 17%.