El Gobierno de la Ciudad, a través de Subterráneos de Buenos Aires (Sbase), demandó al Metro de Madrid por la venta “ilícita” de los vagones con asbesto, un material cancerígeno, y pidió un resarcimiento de 15 millones de euros, informaron hoy fuentes oficiales.
La demanda, de 84 páginas, asegura que la venta de los 36 vagones que luego fueron destinados a la línea B del subte porteño, se trató “de una actuación incalificable, ilícita, irresponsable y de mala fe” por parte del Metro de Madrid.
La venta se produjo en 2011 cuando Sbase adquirió los trenes de segunda mano del subte madrileño, los CAF 5000, que habían sido fabricados en los años 70, cuando el amianto o asbesto no estaba prohibido.
En febrero de 2018 salió a la luz que los vagones vendidos tenían asbesto, un mineral cancerígeno que está prohibido en más de 50 países desde hace casi 20 años y en Argentina desde 2001.
Según precisó Sbase en la demanda, todos los tipos de amianto causan cáncer de pulmón, mesotelioma, cáncer de laringe y de ovario, y asbestosis (fibrosis de los pulmones).
Los vagones habían sido destinados a la línea B, una de las más utilizadas, con 240.000 pasajeros diarios y donde se vieron potencialmente afectadas las 763 personas que trabajaban por entonces en sus talleres, estaciones y trenes.
En la demanda, se pide la “nulidad” del contrato ya que la comercialización de unidades con ese material estaba prohibida en ambos países y no se realizó ninguna advertencia expresa acerca de la presencia de ese mineral.
Por ello, se pide el resarcimiento de 15 millones de euros por “la justa reparación de los evidentes y cuantiosos daños y perjuicios provocados como consecuencia de estos hechos”.
Según manifestaron desde la defensa de Sbase, la compañía tuvo “un grave coste reputacional” a partir de que se conoció la presencia de asbesto en las formaciones de la línea B, lo que produjo reiteradas protestas de trabajadores y quejas de los usuarios.
La denuncia también alega que el Metro de Madrid conocía desde hace años la presencia de amianto en el material rodante que vendió y que, cuando Sbase pidió información al respecto, la compañía se deslindó de sus responsabilidades culpando al fabricante.
También recuerda Sbase en la demanda que las formaciones debieron pasar por un proceso de “adaptación” para poder circular en las vías del subte porteño y que tampoco en esa instancia se hizo mención a la presencia del material cancerígeno ni se recomendó su extracción.
Para Sbase, Metro no vendió formaciones “con determinados defectos” sino que comercializó un material rodante que era “inviable” para la finalidad del contrato, lo cual llevaría a un incumplimiento de las obligaciones por parte de la compañía española.
Metro de Madrid dijo hoy que todavía no ha recibido la notificación, por lo que desconoce los términos de la demanda, pero aseguró que colaborará con la justicia aportando toda la información y la documentación que sea necesaria para el proceso, informó la agencia EFE.
Este miércoles, desde la Asociación gremial de trabajadores del Subterráneo y Premetro explicaron que “la problemática a la que nos enfrentamos es tanto una cuestión de salud laboral como una cuestión de salud pública”. Solicitan que sigan los estudios a los trabajadores que están o que alguna vez estuvieron en contacto con amianto, tanto del subte como del premetro, y que los mismos entren al Registro de Agentes de Riesgo (RAR). Reclaman la compra de una nueva flota para la línea B en carácter de urgencia y un plan integral serio de retiro del material rodante.