San Telmo: la Justicia frenó la construcción de la megatorre Astor

Por Néstor Rivas. Especial para Diario Z

Los vecinos de San Telmo le ganaron un round a los desarrolladores inmobiliarios y al gobierno porteño. Ocurre que los funcionarios del Gobierno de la Ciudad habían autorizado la construcción de una megatorre en la esquina de Bolívar y Caseros que superaba los límites de altura permitidos por el Código de Planeamiento Urbano.

Un conjunto de ONG dedicadas a la protección del patrimonio arquitectónico de la Ciudad, encabezadas por la asociación Basta de Demoler, había presentado una solicitud de amparo a mediados de año que frenó la construcción de la torre Astor San Telmo. Apenas días atrás, el 15 de noviembre pasado, obtuvieron una sentencia favorable en primera instancia a sus reclamos.   

En la causa judicial se constató que el edificio Astor tendría una altura de 29,3 metros, superando los límites de altura previstos para la zona, de 22 metros. 

En la esquina de Bolívar y Caseros comenzaron las excavaciones para levantar el “mamotreto”, que abarca más de la mitad de la manzana.

El juez Pablo César Mantaras, a cargo del Juzgado Contencioso Administrativo y Tributario de la Ciudad N° 3, hizo lugar a la acción de amparo impulsada por Basta de Demoler, el Observatorio del Derecho a la Ciudad (ODC) y la Asociación Vecinal Casco Histórico Protege

De esta forma, declaró la nulidad del permiso de obra otorgado para la construcción del “mamotreto”, como lo definen las ONG intervinientes, sito en Bolívar al 1500. El juez les dio la razón en cuanto se autorizó una construcción en exceso de los límites de altura, dispuso la paralización de los trabajos constructivos y ordenó la reformulación del proyecto edilicio para la obtención de un nuevo permiso de obra, de conformidad con la normativa urbanística vigente.

“Este es un primer paso, porque seguramente la empresa y el Gobierno de la Ciudad van a apelar, pero se trata de un delito urbano, porque la norma es muy clara al respecto. No es atribución del Poder Ejecutivo otorgar excepciones al Código de Planeamiento sino una prerrogativa del poder legislativo”, dice el arquitecto Carlos Blanco, integrante de Basta de Demoler desde su fundación en 2007. Blanco señala que este tipo de maniobras son habituales. “En el vértice siempre está el poder político.”

En la demanda se cuestionó la legalidad de las autorizaciones y permisos otorgados a la empresa TGLT, luego adquirida por la constructora Caputo en el año 2018.

Los vecinos sospechan que el “hermano de la vida” de Mauricio Macri se encontraba detrás del proyecto desde un primer momento y que simplemente se trató una maniobra para enmascararlo.  

Para la construcción del Astor San Telmo, el gobierno porteño autorizó a construir un edificio de 29,3 m de altura en el predio referenciado que tiene una superficie de 6.334 m2, abarcando más de la mitad de la manzana. Según los cálculos del arquitecto Blanco, el costo de construcción es de U$D 1.500 dólares por m2 y su valor de mercado es de U$D 6.000.  

Según el presidente del Observatorio del Derecho a la Ciudad, Jonatan Baldiviezo, “en la Ciudad existe una práctica sistemática por parte de la Dirección General de Interpretación Urbanística para autorizar emprendimientos inmobiliarios violando la planificación de la ciudad con el único objetivo de permitir una mayor capacidad constructiva en los inmuebles y ganancias para los desarrolladores inmobiliarios sin considerar los derechos ambientales y culturales de los porteños. El caso del Astor San Telmo es un ejemplo más”. Los proteccionistas denuncian como un mal precedente la conducta contraria a este fallo adoptada por el Superior Tribunal de Justicia en el caso del edificio Roccatagliata, “donde prácticamente autorizó al Ejecutivo a gobernar con excepciones a los códigos sin límites y sin autorización de la Legislatura”. 

“La construcción del edificio Astor hubiera significado un conjunto de perjuicios para los vecinos del barrio y de toda la ciudad. Primero, porque en el barrio hubiera significado una mayor densidad de habitantes por manzana, con los trastornos que conlleva la saturación del uso de servicios públicos. Pero la construcción de esta torre también significa un alto impacto ambiental, ya que corta la corriente de aire proveniente del rio, afectando a todos los porteños”, acusa el arquitecto Blanco.

Al menos por ahora, la obra quedará en suspenso hasta que la constructora reformule el proyecto o un juez de instancias superiores falle lo contrario.