Cada vez que se mide la canasta básica en la Ciudad de Buenos Aires hay un dato que se deja afuera: el alquiler. Los 37.200 pesos que, según la Dirección de Estadística y Censos porteña, necesita una familia para no ser pobre, no incluyen el pago de la vivienda. Por eso es que al cruzar mediciones la situación luce más compleja. La última encuesta de la asociación civil Inquilinos Agrupados arrojó datos muy concretos sobre el peso del alquiler en los gastos mensuales. El resultado promedio fue que el 41,8% de los ingresos totales familiares se destinan para pagar la vivienda.
La cifra implica un incremento del monto destinado para este fin respecto de la medición anterior, de marzo de 2019, en la que la proporción era de 40 puntos.
Un estudio realizado por Centro de Estudios Económicos Raúl Scalabrini Ortiz ( CESO), también en noviembre, arrojó que un monoambiente ronda los 14 mil pesos mensuales, mientras uno de dos ronda los 16 mil y uno de tres, los 23 mil.
La porción destinada al alquiler varía según los segmentos etarios y el género, de acuerdo a la información recabada por Inquilinos. Los jóvenes dedican el 47,8 de sus ingresos; los adultos mayores el 45,2; las mujeres el 43,5 y los hombres adultos el 38,1.
El sondeo, realizado en el mes de noviembre, recogió respuestas online de 5.000 inquilinos. Según la asociación civil, 1.200.000 personas que alquilan su vivienda en la Ciudad.