Por Franco Spinetta, especial para Diario Z
Desconcierto. Esa es la sensación que recorre las salas y pabellones de los hospitales neuropsiquiátricos de la Ciudad, cuyos trabajadores se encuentran movilizados y en estado de alerta luego de que los directivos les informaran -extraoficialmente- acerca de un supuesto plan del gobierno para cerrar, refuncionalizar y unificar el Borda, el Moyano, el Tobar García, el Udaondo y el Ferrer.
El rumor tuvo su origen en el brindis de fin de año del hospital Moyano. Entre el tintineo de las copas y los deseos de felicidad, las autoridades comentaron que habían mantenido reuniones con los flamantes funcionarios de la renovada cartera de Salud, donde les habían expresado esta idea de unificación, cuyo espíritu estaría basado en el cumplimiento de la Ley de Salud Mental que, entre otras cuestiones, apuesta a la desmanicomialización y al cierre de los neuropsiquiátricos.
“El cierre del Borda, por ejemplo, sería trágico. De no contar con estos hospitales, el destino de muchos pacientes sería la calle”
Silvia Allocati, jefa del Servicio Social del Moyano.
La noticia corrió como reguero de pólvora entre el personal de todos los establecimientos. El temor está fundado en que no sería la primera vez que el gobierno porteño intenta avanzar en este sentido. El año pasado, luego de batallar sin éxito en la Legislatura, el ministerio de Salud desistió de un proyecto para unificar cinco establecimientos en el hospital Muñiz y crear un Polo de Neurociencias. Y todavía hoy se mantienen frescas las vivencias que atravesaron hace ya casi siete años en el hospital Borda, cuando la (extinta) Policía Metropolitana entró a los tiros y palazos sobre pacientes, trabajadores y periodistas para desalojar un taller protegido con la idea de liberar los terrenos para construir la sede del Poder Ejecutivo porteño.

Con este trasfondo, desde principio de año se han llevado a cabo asambleas y movilizaciones en las que los trabajadores han exigido, mediante una nota dirigida al ministro de Salud Fernán Quiroz y al subsecretario de Atención Hospitalaria Aldo Caridi, que se formalicen los planes a futuro para los hospitales. El conflicto tuvo su eco también en la Legislatura: la diputada de Autodeterminación y Libertad, Marta Martínez, presentó un pedido de informes para que el gobierno aclare la situación. Mientras tanto, continúan las asambleas (hubo una ayer en el Borda) y el martes 21 convocaron a los trabajadores de los cinco hospitales involucrados para manifestarse en la intersección de Brandsen y Carrillo. “Vamos a defender nuestros puestos de trabajo y los derechos de los pacientes”, anunciaron.
Silvia Allocati, jefa del departamento de Servicio Social del Moyano, confirmó a Diario Z que las autoridades de ese hospital le informaron a toda la plana directiva acerca de un plan que se está confeccionando, cuya intención sería de cumplimentarlo “sí o sí”. La decisión cuenta con el acuerdo de la Asociación de Médicos Municipales, que en julio de 2019, firmó un acuerdo con la entonces ministra de Salud, Ana María Bou Pérez, para “refuncionalizar los hospitales neuropsiquiátricos”. “Le requerimos a la dirección más información porque el personal del hospital está muy preocupado. La dirección entonces nos reunió y nos confirmó la existencia de este proyecto, y además nos dijeron que en estos terrenos funcionaría un hospital general de agudos con sala de psiquiatría, que los pacientes crónicos van a ser derivados y que van a crear casas de medio camino. Siempre amparados en la ley de Salud Mental”, completó Allocati.
La movilización generó sorpresa en el ministerio de Salud, desde donde minimizaron la versión detallada del plan difundida por los trabajadores. “Se está comenzando un proceso de principios y acuerdos generales para ir avanzando hacia la actualización y fortalecimiento de los hospitales de salud mental complementándolos con servicios de otras especialidades dentro del marco de la ley nacional”, explicaron a Diario Z. “Por el momento no hay ningún plan de intervención hasta no lograr el marco de acuerdos necesarios para implementarlo”, agregaron.
“Nos dijeron que en estos terrenos funcionaría un hospital general de agudos con sala de psiquiatría, que los pacientes crónicos van a ser derivados y que van a crear casas de medio camino”.
Silvia Allocati, jefa del Servicio Social del Moyano.
Uno de los pedidos esbozados por los trabajadores es que se los tenga en cuenta a la hora de debatir el destino de los neuropsiquiátricos. “No se puede transformar el hospital a espaldas de los trabajadores. Tenemos que ser consultados, tenemos nuestra opinión. Todavía hay cosas para mejorar, pero el Moyano es un hospital escuela donde se forman efectores de salud, en nuestro hospital funciona una escuela primaria y secundaria, donde conviven usuarios del sistema de salud mental con alumnos”, señaló Allocati.
Si bien la ley de Salud Mental propone un lento proceso de transformación de los neuropsiquiátricos, la Ciudad ha dado pocos pasos en ese sentido, sobre todo por el alto nivel de vulnerabilidad que atraviesa la mayoría de los pacientes que allí llegan. “El cierre del Borda, por ejemplo, sería trágico. De no contar con estos hospitales, el destino de muchos pacientes sería la calle”, asegura Allocati. “Hoy tenemos carencias de recursos humanos, tenemos una falta absoluta de insumos, desde lo más básico, como papel higiénico, a lo más complejo, como medicamentos. Sufrimos presiones por parte de las direcciones y el trabajo se fue precarizando”, completa.
Los trabajadores dejaron trascender que están dispuestos a debatir una mayor apertura de los neuropsiquiátricos y también a apoyar la creación de más hospitales de día, fortalecer los efectores externos y crear un Polo de Neurociencias, todas medidas tendientes a quitarle presión a los derruidos pabellones centrales.