Por Franco Spinetta. Especial para Diario Z
En la tercera semana de cuarentena obligatoria, la duda que sobrevuela en cada conversación es cuándo la vida volverá a transitar por los carriles normales. La respuesta es que aún no se sabe y que, lo más probable, es que el levantamiento de la cuarentena sea por partes, quedando para el final las actividades multitudinarias. Así lo explicó a Diario Z Ángela Gentile, infectóloga, jefa del Departamento de Epidemiología del Hospital Ricardo Gutiérrez e integrante del Comité de Expertos que asesora al presidente Alberto Fernández.
Gentile hace hincapié en la necesidad de respetar la cuarentena a rajatablas porque es la única forma de frenar el coronavirus, cuya transmisibilidad es muy alta. Y asegura que en los próximos días probablemente haya un salto en la cantidad de casos por la distribución de kits de laboratorio para ampliar el testeo, la descentralización de los análisis en cada provincia y la comprobada circulación comunitaria del virus. Sin embargo, Gentile advierte que el número de casos no es el único indicador que monitorean, ya que para saber “dónde estamos parados” hay otros números que los expertos siguen con atención: número de camas de terapia intensivas ocupadas y camas de internación, sobre el total disponible.

¿Cuál es el panorama general?
Estamos en una situación de cuarentena, pero esto no implica que no vaya a haber un aumento del número de casos. Van a aumentar, claramente. Este es un paradigma importante, que queremos marcar: ¿cómo podemos evaluar la situación? Hacemos una cuarentena para poder controlar mejor, pero tenemos que mirar otros indicadores para hacer otros análisis. Lo primero es que va a haber un salto en el número de casos como consecuencia lógica del aumento de los testeos y porque estamos con circulación comunitaria en varias zonas del país, entre ellas capital y conurbano. Lo que hay que armar son indicadores que permitan relacionar, por ejemplo, el total de positivos con el número total de testeos, o número de camas de terapia intensivas ocupadas sobre el total disponible, o número de camas de internación, también sobre el total. El siguiente paso es armar números con indicadores objetivos que nos permitan monitorear cómo estamos, en el marco de la pandemia, pero no como percepción, sino con indicadores duros. Eso se está armando y el objetivo es ver si estamos más amesetados o en una curva exponencial. El número de casos por sí solos, no alcanza.
¿Es posible que se extienda la cuarentena después del 13 de abril?
No puedo decirlo porque todo depende del día a día, de los resultados que vamos evaluando, la cantidad de casos y estos otros indicadores. Lo que sí puedo decir con toda claridad es que, cuando se defina, la liberación no va a ser absoluta. Si es el 13 de abril, no vamos a volver a la vida que llevábamos el 10 de enero. Todo va a ser de a poco, liberando ciertas actividades, las últimas van a ser las actividades que impliquen más masividad porque son las de más riesgo. El gran desafío para las áreas urbanas va a ser el transporte.

Hay un debate sobre la cantidad de testeos, se dice que en nuestro país se han hecho pocos, ¿es realmente un dato decisivo?
Yo creo que hay que testear más y es bueno que se descentralice. En este momento hay más kits de laboratorio y hay centros de referencia en cada provincia. Es importante porque va acompañado en el cambio de definición de lo que es un caso sospechoso. Ahora cada caso sospechoso asume la transmisión local en varias áreas del país, como Córdoba, Chaco, Santa Fe, Ushuaia y por supuesto, el AMBA, donde está el 70% de los casos. Si uno tiene problemas respiratorios y vive en estas áreas de circulación, bueno, automáticamente ya es un caso sospechoso y se activa el protocolo.
¿Podría suceder en esos lugares que el virus esté circulando y no estén relevados los casos?
No. Lo que hay en estas áreas es circulación local y se está pesquisando bastante bien. Ahora, con más kits y la ampliación de los criterios para casos sospechosos, se van a pesquisar más. Lo que digo es que, en este contexto, tenemos que esperar un aumento de los casos positivos, por eso son importantes los otros indicadores que mencionaba para entender dónde estamos parados.
¿Podría plantear un escenario alentador y otro pesimista?
Lo que se está planteando en el país es que con las medidas que estamos tomando podemos llegar a tener un escenario intermedio. Es arriesgado decirlo, quizá exitista, pero creemos que no vamos a tener un escenario como el de Italia, Nueva York o España. Estamos haciendo todo lo posible para tener algo más controlado. Creo que estamos en el camino correcto porque la medida la tomamos precozmente. Me acuerdo que cuando empezamos a plantear la necesidad de una cuarentena y la suspensión de clases, había 31 casos. Cuando se tomó la determinación, había 70 aproximadamente. Fue bastante precoz, pero lo que pasa es que todo es una vorágine, todo cambia velozmente. Piense usted que yo le estoy hablando de 70 casos cuando arrancó la cuarentena y no hace un mes de esto. Es vertiginoso porque el virus es vertiginoso. Por eso tenemos que ser muy duros con la cuarentena, para pararlo lo mejor que podamos.
Es decir, no mirar tanto la cantidad de casos sino la velocidad a la que se llega al pico.
Claro, tal cual. Se trata de disminuir al máximo la velocidad de un virus que es muy transmisible. Con todas las medidas de cuarentena lo que se busca es enlentecer.
Con la curva de contagios actual, ¿la capacidad hospitalaria instalada es capaz de absorber la demanda?
Hoy, sí. Se están preparando más camas de terapia y también se están tomando medidas interesantes. Por ejemplo, vamos a testear muchos casos leves o leves moderados que no necesitan ocupar camas de hospitales, entonces se definió que puedan ir a hoteles, como lo está evaluando la provincia de Buenos Aires. Cada jurisdicción tiene que tomar cada determinación, pero lo que queda claro es que los casos leves no pueden bloquear camas de hospitales. Eso tiene que estar destinados a casos graves o terapias. Entonces, sí, creo que con un flujograma activo, esta situación es manejable. Por lo menos, al día de hoy.
Es lo que no pudo manejar Italia, ¿no?
Ellos tomaron decisiones tardías, como la cuarentena, cuando ya tenían miles de casos. También se les fue de las manos en España y Nueva York. Pero acá no hay un manual, acá estamos escribiendo el manual.
¿Cuál es la situación en los barrios más vulnerables?
Son áreas de riesgo y la cuarentena es de mucho más difícil cumplimiento. Creo que todas las áreas de desarrollo social están trabajando más con una estrategia de “quedate en el barrio”, cumpliendo con el distanciamiento. También se está trabajando en el tejido social, con la intervención de curas villeros, referentes sociales y otras iglesias. Desde el punto de vista médico podemos ofrecer un marco conceptual, pero después las políticas bajan con la experiencia de los expertos en el tema.
¿Por qué hay un creciente lobby para levantar la cuarentena?
Más que lobby, creo que hay preocupación. Hay que poner en la balanza la realidad económica y el consejo médico. Esa es una responsabilidad del presidente y sus ministros, que evalúan y hacen equilibrio. Por eso se está hablando de cómo salir en etapas. Una puede dar un consejo técnico pero no define nada, hay otras realidades muy complejas a las que ni me animo analizar, pero hay que tenerlas en cuenta.
De lo mucho que se estuvo hablando estos días respecto de la pandemia, ¿qué mitos o disparates ha escuchado?
Muchos disparates. La comunidad tiene que escuchar consejos confiables. Se ha escuchado que hay que hacer buches de agua caliente, baños de vapor, tomar vitamina C, incluso cosas que intoxican. Por favor, hay que ir a las fuentes confiables para tener información porque eso nos da tranquilidad y sobre todo recordar que no hay vacuna, que la única vacuna es el distanciamiento y quedarnos en casa. Si lo hacemos bien, vamos a liberar etapas.
Que no haya vacuna, ¿va a condicionar el regreso a la normalidad?
Hay noticias promisorias. En el Instituto Butantan, de Brasil, ya hay una vacuna en fase 2… está todo el mundo trabajando aceleradamente. No me animo a dar un número de meses, pero no creo que tarde tanto. Este es un virus respiratorio, entonces si no nos vacunamos, con el distanciamiento solo no se detiene. Es una medida que se toma ahora porque otra cosa no hay. Por eso todo el mundo está trabajando en la vacuna, que va a ser como una antigripal, y vamos a poder volver a nuestra práctica social cotidiana como siempre.