Por Franco Spinetta. Especial para Diario Z
La Argentina lleva casi dos meses de cuarentena obligatoria y para los expertos en la cuestión sanitaria no caben dudas de que los resultados son mejores que los esperados para esta etapa. Así lo asegura el director de la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud (ANLIS) “Dr. Carlos Malbrán”, Pascual Fidelio, licenciado en Bioquímica y magister en Desarrollo y Formulación de Estrategias Públicas y Privadas en el Centro de Estudios Avanzados de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).
“Yo veo que lo peor no termina nunca de llegar y eso habla de que estamos haciendo las cosas muy bien. Esta fue la estrategia del presidente Alberto fernández y del ministro Ginés González García: trasladar el pico lo máximo posible para darle tiempo al sistema de salud para prepararse”, dijo Fidelio en una larga charla con Diario Z.
¿Cuál es la situación en el Malbrán?
El ANLIS Malbrán fue la primera línea de diagnóstico, donde tuvimos el primer positivo. Somos el laboratorio de referencia de la OMS y de la OPS, entonces centralizamos las muestras de todo el país. Llegamos a hacer 500 análisis por día. Después se descentralizó, mediante dos sistemas. La red de laboratorios de virosis respiratoria, que son 35 y está coordinado por ANLIS Malbrán, fueron los primeros en recibir los kits para diagnóstico. Después se fueron sumando laboratorios de apoyatura, provinciales, universitarios, Conicet. Son más de cien laboratorios analizando; la capacidad de análisis hoy debe rondar los 3 mil diagnósticos por día.
¿Qué opinión tiene sobre los testeos masivos?
No es un problema de test o de laboratorios. Lo importante es saber si es o no el momento. Unos países se hicieron testeos masivos y no pudieron evitar miles y miles de casos; otros países no los hicieron y tuvieron pocos casos. Esto es muy sencillo. Acá tenemos una caja de herramientas, adentro tenés la suspensión de clases, la cuarentena, la prohibición de espectáculos públicos, los testeos de casos sospechosos, el cierre de fronteras, entre otros. Cada cosa aislada no sirve. Decir que hay que testear como Corea del Sur o como Suecia… la verdad es que depende de cada realidad. No porque se haya hecho allá de be hacer aquí. Hoy por hoy, todos los casos sospechosos de Covid-19 en la Argentina se testean. Nadie queda afuera. Si cumplen con la categoría de caso sospechoso, se testea. Por supuesto que hay errores y contingencias, pero nadie sospechoso no fue testeado.
Tras casi dos meses de cuarentena, la curva de contagios parece haberse achatado. ¿Puede evitarse que haya un pico?
Ese tipo de análisis requiere de una explicación interdisciplinaria. Los expertos han pronosticado distintas fases del pico, que se fueron postergando. Yo veo que lo peor no termina nunca de llegar y eso habla de que estamos haciendo las cosas muy bien. Esta fue la estrategia del presidente y del ministro Ginés González García: trasladar el pico lo máximo posible para darle tiempo al sistema de salud para prepararse. Hay que seguir la dinámica y es difícil de predecir. Hablamos de una enfermedad nueva, que no en todos lados se ha comportado igual. A pesar de que las curvas se parecen, pero… ¿va a haber un rebrote? Nadie lo sabe. ¿Va a haber otras manifestaciones clínicas? Tampoco. Hubo muchas manifestaciones…. ¿por qué es más virulenta en algunos lados que en otro? Es algo nuevo.
En el Malbrán secuenciaron el genoma del coronavirus, ¿por qué es importante y cuál es el siguiente paso?
Acá secuenciamos los genomas de tres cepas del virus. Cuando el virus se reproduce y ataca al ser humano, genera pequeñas fallas, llamadas mutaciones, que van generando nuevas cepas virales. No es que se transforma en otro, sino que son pequeños cambios. Lo que se hizo en el Malbrán fue fijar tres cepas originales, que no habían identificado en ningún otro lado. Eso se comunicó a la comunidad internacional.
¿El coronavirus tiene su versión local?
No, todavía no está identificado. Todavía no tenemos de una cepa local, depende de muchas cosas. Las que identificamos acá vinieron de Asia, Europa y Estados Unidos. Eso forma parte de una base de datos mundial de cepas de virus y eventualmente puede ayudar a la fabricación de una vacuna. También se hizo una fotografía electrónica del virus, es decir, le conocimos la cara. Y además se trabajó en una puesta a punto de una técnica para determinar anticuerpos, que es muy sensible. Eso podría ayudar a desarrollar un kit de diagnóstico bien específico. Felizmente tenemos equipos de investigación. Hay otras investigaciones pero no puedo mencionarlas porque generan mucha expectativa. Cuando salen, salen.
Con el diario del lunes, ¿se podría haber hecho algo de otra manera?
Es difícil. Es una enfermedad esquiva, que no ha reaccionado de manera idéntica en todos lados… Las compras para enfrentar este virus empezaron a hacerse a fines de enero, cuando casi no se hablaba de esto. La demora en la llegada de los insumos no tuvo que ver con una falta de previsión. Lo que sucedió es que en ese momento ya estaban comprando Estados Unidos, Europa, Corea… había mucho retraso en el envío de insumos. Estados Unidos necesitaba 500 millones de barbijos y tiene capacidad para producir 70 millones. El resto tenía que pedirlo a China, que recibía los pedidos del resto del mundo. Incluso han llegado a incautar insumos que transportaban aviones, que hacían escala para aprovisionamiento.
¿Es una oportunidad para rediscutir la articulación público-privado en materia de salud?
Salud hay una sola. Que los efectores sean públicos o privados, es otra discusión. La salud está primero, sin salud no hay nada. Como dijo la hija del dueño del banco Santander de Portugal, que tuiteó “al final mi padre murió solo buscando algo tan simple como el aire, todo el dinero quedó en casa”. Es aleccionador. Pasa por ahí, hay que rediscutir el rol de la salud a todo nivel y el rol del Estado es clave, fundamental, y tiene que ser para todos. Ahí donde el Estado no estuvo presente, y hay que mirar el mapa nada más, esto se convirtió en una catástrofe.
Pedro Cahn dijo que la “cuarentena es víctima de su propio éxito”, ¿cómo se hace para mantener el equilibrio?
Como ciudadano, ya no como director del Malbrán, tengo la certeza de que Alberto Fernández es una persona que escucha. Fue el primer presidente que visitó el Malbrán; cuando vino estuvo 35 minutos escuchando a los científicos. Hay un equipo de expertos que lo asesora y que es para sacarse el sombrero. Entiendo que gracias a las decisiones que fueron tomando, se ha frenado la pandemia. Yo tengo una frase: “Toda decisión tomada antes de una pandemia, puede parecer exagerada; pero toda decisión tomada después de la pandemia, puede parecer insuficiente”. Creo que se está abriendo de a poco, de acuerdo a cómo evoluciona en cada distrito. Hay que esperar.
La OMS acaba de reiterar que sus investigaciones indican que el coronavirus tiene origen animal, en respuesta a las denuncias de Estados Unidos, que dicen que habría sido cultivado en laboratorio. ¿Usted tiene dudas al respecto?
Reconocidos científicos han dicho lo mismo que la OMS, que no hay probabilidades de que este virus sea sintético por su enorme similitud con los otros tipos de coronavirus, de los que hay decenas. Este saltó al ser humano como han saltado otros en el pasado. Por ahí se metieron voces que dicen que es un virus sintético. De acuerdo a lo que he estado leyendo, no hay dudas del origen animal del virus. Vivimos en un mundo ambiguo. Sobre un hecho, hay múltiples interpretaciones. Y hay teorías conspirativas para tirar al techo.
¿Cree que se abre una nueva etapa para el Malbrán?
Sin ninguna duda. Ahora la gente identifica al Malbrán y parte de lo que hacemos. Nuestro deber hoy es contarle a la gente que el Malbrán es mucho más que investigación y diagnóstico del Covid-19. El Malbrán son 13 institutos, repartidos en Misiones, Salta, Santa Fe, provincia de Buenos y la Ciudad de Buenos Aires. Hacemos de todo: epidemiología genética, nutrición, desnutrición infantil, enfermedades tropicales, enfermedades endémicas, zoonosis, enfermedades respiratorias, micosis. Producimos antivenenos, vacunas… es realmente impresionante lo que hace el ANLIS Malbrán. Vamos a aprovechar esta oportunidad para revalorizarlo. Ya el gobierno ha destinado fondos extra. Se abre una nueva etapa, felizmente. En medio de la tragedia, se abren nuevas posibilidades para la salud pública, para la producción de medicamentos, vacunas e insumos médicos. Y queremos aprovecharla.