La odisea de ser inquilino: un tres ambientes en Palermo cuesta $46.715 al mes y en Almagro $31.335

Por Demián Verduga. Diario Z

Ser inquilino en la Ciudad de Buenos Aires es una quimera. Los precios promedio de los departamentos aumentaron entre 3 y 6 por ciento más que la inflación. Para ponerlo en números concretos, según los datos del INDEC, la inflación anual al mes de mayo era de 48%. Los alquileres, según los datos relevados por la publicación Reporte Inmobiliario, habían tenido un incremento del 53% en mayo comparado con el mismo del año anterior.

Los precios son variados según los barrios de la Ciudad, pero en ningún caso resultan económicos si se los compara con el ingreso medio de los porteños.

El barrio de Almagro suele tener valores cercanos al promedio de la Ciudad. Un tres ambientes en mayo de este año -último dato disponible- costaba $31.335 mensuales. Y si una familia se acomoda en menos espacio o se trata de una persona sola o una pareja, el dos ambientes salía $23.335. Este barrio es uno de los que menos aumentó en los  últimos 12 meses. Se ubicó bastante por debajo del promedio, con un 34% de incremento en 12 meses.

Al igual que buena parte de los barrios del sur, Constitución siempre fue un poco más económico que el promedio de la Ciudad. En mayo, un tres ambientes costaba $29.835 mensuales y un dos, $21.250. El incremento anual promedio en este barrio fue mucho mayor al del Almagro. Los departamentos subieron un 53% en comparación con mayo del 2021. El motivo, según dijeron a Diario Z en Reporte Inmobiliario, es justamente por que es un barrio más barato. Creció la demanda y eso hizo subir los precios.

Aumento promedio de los alquileres en los últimos 12 años, según los datos de la empresa Reporte Inmobiliario

Hace ya varios años que Palermo comenzó su transformación hasta terminar volviéndose una de las zonas más caras de la Ciudad. Un tres ambientes costaba en promedio $46.715 hace dos meses y un dos se valuaba en $33.040. El incremento de precios en comparación con el mismo mes del año anterior había sido del 48 por ciento.

Según el informe de Reporte Inmobiliario, en los últimos 12 meses  se produjo uno de los mayores incrementos de los últimos tiempos. A la hora de explicar el motivo, del lado de las inmobiliarias responsabilizan a la nueva ley de alquileres que se sancionó el año pasado.

Germán Gómez Piccasso, fundador de Reporte Inmobiliario, le dijo a Diario Z: “En los últimos años los alquileres aumentaban siempre por debajo de la inflación. La nueva ley los empujó a subir por encima”.

“Hacen falta políticas de precios sugeridas y vigiladas por el Estado de acuerdo a la ubicación, antigüedad y estado de los inmuebles”

Fernando Muñoz, director del Programa de Atención a Inquilinos de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad.

Según el empresario esto se explica porque “la prolongación de los contratos a tres años los hace muy largos en un contexto inflacionario”. “Luego -agregó- hay una actualización con un índice del Banco Central que se publica cada 12 meses. Es un período muy prolongado cuando la inflación es tan alta. Los alquileres se venían actualizando cada seis meses, entonces los propietarios se adelantan y se cubren”.

Del lado de los inquilinos la lectura es otra. Explican esta suba como una primera reacción a la regulación para tratar de debilitarla.

Fernando Muñoz es director del Programa de Atención a Inquilinos de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad.  “En la Argentina el Estado no sabía, no incidía, ni opinaba sobre el alquiler de inmuebles. Era el mercado el que se ocupaba de la transacción de viviendas, de su precio, las condiciones, las estadísticas, la información. Comenzada la pandemia, el gobierno nacional tomó decisiones inéditas sobre los alquileres para vivienda y para el trabajo. Prórroga, congelamiento, suspensión.  Eran políticas que en la Argentina se desconocían desde 1976”, le dijo Muñoz a este medio.

“También se avanzó en una ley progresiva que mejora el plazo mínimo para alquilar y recupera para el Estado la fijación del índice de precios de aplicación anual. Difícil que saliera todo bien en un país donde tenemos tantas viviendas deshabitadas como hogares inquilinos. No es fácil defender un piso de derechos para el acceso a la vivienda, sin correr el riesgo de golpes de mercado, retiro de ofertas y más silencios”.

Para Muñoz lo que “hace falta es un organismo de control nacional de las relaciones mercantiles de locación de inmuebles.  Hacen falta políticas de precios sugeridas y vigiladas por el Estado de acuerdo a la ubicación, antigüedad y estado de los inmuebles.  Hace falta garantizar que la vivienda existente esté habitada para ir progresando de la mercantilización al derecho”.