Por Demián Verduga. Diario Z.
Son varios los datos que muestran una descongestión del sistema de salud de la Ciudad de Buenos Aires. El último informe del gobierno porteño con las cifras del 21 de julio lo comprueba. Sostiene que en el sistema público hay 35,3% de ocupación de camas de terapia intensiva y en el privado el porcentaje es del 49%.
En el pico de la segunda ola esta cifra se ubicó por encima del 80% en ambos casos. Sobre el reporte de fallecidos, que es un dato complejo porque la carga suele ser retrasada, la cifra de 10 víctimas fatales en las últimas 24 horas también se ubica lejos del promedio de 40 que hubo en el pico.
Uno de los hospitales públicos fundamentales durante toda la pandemia fue el Muñiz, el histórico hospital de Infectología de Parque Patricios. Por su especialidad en enfermedades infecciosas, y la dimensión de sus instalaciones, fue donde más personas se internaron. Esto lo vuelve un botón de muestra elocuente sobre la situación.

El infectólogo Luis Trombetta trabaja en el Muñiz y es jefe de área. Habló con Diario Z sobre la evolución de la pandemia y la demanda del sistema de salud. Esto fue lo que dijo.
“La demanda está disminuyendo de un modo sustancial y no es sólo el Muñiz. Es en todo el sistema. En la sala de internación general estamos utilizando sólo el 25 por ciento de las camas y en terapia intensiva la situación es parecida”.
“Todavía estamos con muchos casos. Necesitamos que bajen bastante más, que la caída no se detenga.”
Luis Trombetta, infectólogo del Hospital Muñiz
La cifra de fallecidos a nivel nacional ha disminuido menos que en los indicadores de la Ciudad. Y tuvo proporcionalmente una caída de la de cantidad de casos. Al respecto, Trombetta destacó: “Las personas que no logran sobrevivir tienen en general internaciones prolongadas. El promedio de estancia en terapia intensiva es de alrededor de 20 días. Muchos de los fallecidos que se contabilizan hoy se enfermaron hace un mes o más”
Los casos han bajado casi un 60% del promedio del pico de la segunda ola. La razón, según el infectologo, es el avance de la vacunación. “Mientras más gente tenga anticuerpos, por vacuna o por haberse enfermado, la pandemia va cediendo. Si se reducen las personas susceptibles, el virus tiene menos terreno para expandirse”.
“De todos modos -advirtió el infectólogo- estamos con muchos casos. Necesitamos que bajen bastante más, que la caída no se detenga”.
Otras patologías
El foco de atención puesto sobre el Covid en los últimos 18 meses dejó a las otras enfermedades en un segundo plano. “El aislamiento social cortó la transmisión de otras enfermedades. Fue un efecto colateral. La vida en sociedad trae consigo la posibilidad de transmisión de enfermedades. Hubo, por ejemplo, menos bronquiolitis en los chicos”, remarcó Trombetta.
Al ser consultado sobre si ahora la demanda atención por otras patologías está aumentando, el médico señaló: “Están llegando más pacientes con otras enfermedades pero no en gran cantidad. Vienen un poco más de personas con HIV, por ejemplo. En parte se explica porque muchos postergaron los estudios que debían hacerse para no exponerse. Hay más consultas y estudios de otras patologías, pero no una gran demanda de internaciones no Covid”.
Según Trombetta, la capacidad instalada para atender enfermos de Covid del sistema de salud porteño, tanto en el sector público como el privado, “creció y eso también explica la descompresión. El sistema se amplió.”
“Entre los 34 hospitales públicos, los sanatorios de obras sociales y la medicina prepaga, Buenos Aires tiene un sistema que no tiene ninguna ciudad latinoamericana. Sería más eficiente si se lograra una coordinación global.”
Luis Trombetta, infectólogo del Hospital Muñiz.
Trombetta remarcó que la pandemia mostró que uno de los principales problemas del sistema sanitario de CABA es la falta de coordinación. “Ni siquiera se trata de estatizar sino de coordinar la atención, sobre todo para las emergencias. Lo que hace falta es un centro único de comando. Entre los 34 hospitales públicos, más los sanatorios de obras sociales y medicina prepaga, hay un sistema que no tiene ninguna ciudad latinoamericana. Sería más eficiente si se lograra una coordinación global”.
En las últimas semanas se multiplicaron los reclamos de los trabajadores de la salud por varios motivos. Uno fue la recomposición salarial y otro las licencias, ya que fueron suspendidas por la pandemia.
“En el Muñiz, que fue cabecera de playa para enfrentar la pandemia, estamos atendiendo de un modo más parecido a situaciones normales. Eso permite disminuir el ritmo de trabajo, la tensión laboral, y la posibilidad de tomarse licencias. Nos acercamos a un equilibrio, pero no se puede desarmar la estructura construida para atender el Covid. La perspectiva de la tercera ola sigue latente. Estamos esperando y veremos si nos pasa lo mismo que ocurrió en otros países con la variante Delta o si por algún motivo esta baja sigue de modo sostenido”.