Por Franco Spinetta. Especial para Diario Z
Juez Gillermo Schleiber Diego García Vilas, presidente del bloque VJ
Luego del fallo del juez de primera instancia Guillermo Scheibler, el oficialismo porteño prepara una ofensiva para desplazar al magistrado por presunta intromisión de poderes. En la sentencia que enfureció a Horacio Rodríguez Larreta, adelantada en exclusiva por Diario Z el 26 de julio, Scheibler le ordenaba al gobierno a presentar estudios de impacto ambiental -entre otras cuestiones- antes de avanzar con la votación de la ley, algo que el magistrado consideró como obligatorio de acuerdo a la normativa vigente.
La cautelar -que había sido pedida por diversas organizaciones sociales- no fue un impedimento para que el proyecto avanzara en su tratamiento legislativo. Las comisiones de Planeamiento Urbano y de Presupuesto, presididas por el oficialismo, aprobaron un dictamen de mayoría y el texto será debatido mañana jueves en el recinto, donde el oficialismo cuenta con los votos necesarios.
El bloque que responde al Ejecutivo porteño quiere autorizar la construcción de Costa Urbana, un mega-emprendimiento urbanístico de la empresa IRSA en la Costanera Sur que consiste en agregar un millón de metros 2 de construcción a una zona que hasta hoy solo permite construir espacios deportivos sin alterar el predominio de la naturaleza.
Sin embargo, el Ejecutivo no dejará pasar su enojo para con el magistrado y prepara una ofensiva con el objetivo de desplazarlo del cargo. Así lo adelantó el bloque Vamos Juntos, que va a presentar un jury de enjuiciamiento contra Scheibler para que el Consejo de la Magistratura de la Ciudad investigue al juez.
El pedido de juicio llevará la firma del diputado Diego García Vilas, presidente del bloque, lo cual revela que proviene de las más altas esferas del poder porteño. Para Vilas, Scheibler incurrió en una “intromisión” al intentar regular un debate legislativo.
“En la sentencia el juez Scheibler antepuso la democracia ambiental a la especulación inmobiliaria que destruirá un humedal en plena Costanera Sur. Un negocio de más de mil millones de dólares”, dice a Diario Z Jonatan Baldiviezo, referente del Observatorio por el Derecho a la Ciudad (ODC), una de las organizaciones que patrocinaron el amparo.
Baldiviezo asegura que la decisión del Ejecutivo de ir contra el magistrado forma parte de un modus operandi para “disciplinar al Poder Judicial de la Ciudad”. “A lo largo de 13 años de gobierno, crearon nuevos juzgados y salas para designar jueces, designaron jueces propios en el Tribunal Superior de Justicia, premiaron con ascensos a los jueces que protegieron los intereses del jefe de Gobierno”. En cambio, según el titular del ODC, promovieron “recusaciones masivas a los jueces que se mantuvieron en la senda del respeto de la Constitución, como el caso del juez Gallardo, con amenazas de juicios políticos o con la presentación de jury de enjuiciamiento como el que pretenden llevar adelante ahora contra el juez Scheibler”.
Qué dice el fallo
El juez Sheibler consideró que el gobierno no cumplió con la normativa que rige la celebración de convenios urbanísticos y que, entre otras cuestiones, no incluyó una evaluación de impacto ambiental, un “Estudio Diagnóstico” y una “Evaluación de Impacto final”.
Además, el magistrado advirtió que para avanzar con este cambio de zonificación propuesto sobre la costa porteña, es necesario realizar una Audiencia Pública, donde puedan expresarse las diversas opiniones. Por otra parte, señaló que de concretarse el emprendimiento inmobiliario con las condiciones propuestas por IRSA, se estaría incumpliendo el mandato constitucional de incrementar y maximizar el acceso al río.
Al mismo tiempo, Scheibler alertó que las torres se construirían sobre un humedal, cuya protección está garantizada por un fallo reciente de la Corte Suprema que frenó la construcción de un barrio náutico en la ciudad de Gualeguaychú, Entre Ríos.
Por último, el juez señaló que también la Reserva Ecológica se vería afectada a través de la “contaminación acústica” ya que ese espacio constituye un “área de sensibilidad acústica exterior” de Tipo I, esto es “área de silencio zona de alta sensibilidad acústica”.
Según puede leerse en el fallo, de prosperar la intención del gobierno de cambiar la zonificación del predio en disputa, esto le permitiría a la compañía construir casi 900 mil m2 en el contorno ribereño, con una “densidad y capacidad constructiva muy superior a Puerto Madero”. “De acuerdo a lo que surge del convenio urbanístico, este cambio de normativa generaría un incremento de valor del suelo de aproximadamente US$ 737.400.675”. IRSA compró las tierras por 50 millones de dólares, en 1997.
Para Baldiviezo, la “celeridad para aprobar la urbanización de un nuevo barrio porteño, en plena Costanera ha llevado al gobierno a no convocar la Audiencia Pública obligatoria previa al tratamiento legislativo y a no realizar el Estudio Diagnóstico y la Evaluación de Impacto Ambiental de forma previa a la firma del Convenio”. “Son violaciones graves al procedimiento que establece la Constitución de la Ciudad, el Plan Urbano Ambiental y el Acuerdo de Escazú”, enumera.
“En la causa judicial el gobierno presentó un informe técnico de tan solo 19 páginas a simple faz de las cuales 5 corresponden a marco normativo y tres a conclusiones. Una verdadera vergüenza y una muestra de la impunidad de la especulación inmobiliaria”, agrega Baldiviezo.
Respecto de los argumentos esgrimidos por el bloque de Vamos Juntos, Baldiviezo advierte que la Legislatura porteña “no está por arriba de la Constitución ni tiene la facultad de votar leyes como le parezca”. “La Justicia ya frenó recientemente en dos causas la venta de Costa Salguero y la venta de 86 hectáreas de tierras públicas (barrio Carlos Mugica, ex Mercado de Hacienda, etc) por violar el procedimiento de sanción de leyes. Ambas medidas judiciales fueron ratificadas por la Cámara de Apelación”, revela. Y concluye: “La Legislatura debe respetar la democracia ambiental y cumplir con la medida judicial y no avanzar por la fuerza, amenazando y presionando jueces, y actuando como si no tuviera limitaciones”.